La prevalencia del hígado graso de origen metabólico (MASLD = metabolic-associated steatotic liver disease) se encuentra en aumento en todo el mundo, pero la situación en América Latina  es aún más preocupante. Mientras que la prevalencia de MASLD en el mundo alcanza al 25-30% de la población adulta general y al 65% de los pacientes con DBT2, en Argentina este número se eleva al 37% de la población general y al 81% de quienes tienen DBT2 (de acuerdo a los resultados presentados en el último Congreso Argentino de Diabetes  por un estudio multicéntrico nacional, liderado por la Dra. Adriana Álvarez, que abarcó distintas regiones geográficas y que evaluó la prevalencia de la MASLD en pacientes con DBT2).

 

 

La homeostasis (o el equilibrio dinámico) inmunometabólica se encuentra afectada en estas patologías, en las que un grupo de factores (genéticos, demográficos y del estilo de vida) provocan:

  • Un aumento en la permeabilidad intestinal con pasaje de microorganismos, metabolitos microbianos y otras sustancias al hígado y otros órganos por la sangre;
  •  Desregulaciones hormonales;
  • Alteración en la respuesta a la insulina (con disminución de la sensibilidad a esta hormona) y otros procesos metabólicos de obtención de energía;
  • Inflamación del sistema nervioso, afectando la regulación emocional, cognitiva, metabólica y del sueño, retroalimentando negativamente todo esto;
  • Lipotoxicidad, disfunción mitocondrial, estrés oxidativo y estrés del retículo endoplasmático.

 

En este contexto, el uso de Cordyceps militaris, hongo adaptógeno con propiedades inmunomoduladoras y metabólicas, ha demostrado potencial para mitigar algunos de estos mecanismos patológicos.

Estudios recientes sugieren que los compuestos bioactivos del Cordyceps militaris, como la cordicepina y los polisacáridos, pueden:

 

ü  Regular la inflamación sistémica y el estrés oxidativo, reduciendo los niveles de citoquinas proinflamatorias y mejorando la función mitocondrial.

ü  Mejorar la sensibilidad a la insulina, favoreciendo una mejor captación de glucosa y reduciendo la resistencia insulínica, un factor clave en la progresión del MASLD y la DBT2.

ü  Proteger la función hepática, reduciendo la acumulación de lípidos en el hígado y promoviendo mecanismos antioxidantes y antiapoptóticos (antiapoptóticos = que inhiben la muerte de las células).

ü  Favorecer la homeostasis intestinal, ayudando a modular la microbiota y disminuir la permeabilidad intestinal, lo que reduce el paso de endotoxinas al torrente sanguíneo.

ü  Apoyar la función cognitiva y la regulación del sueño, a través de sus efectos sobre el sistema nervioso central, reduciendo la inflamación del sistema nervioso central y el estrés del eje HPA (hipotálamo-hipófisis-adrenal).

 

 

        Investigación y desarrollo:
M. Florencia Mascardi, Médica y
Becaria doctoral de CONICET.